lunes, 4 de abril de 2011

Pequeños placeres de la vida



Para ser feliz, a Clara no le hacía falta mucho. Simplemente, encajar con su correspondiente pieza de puzzle, Óscar y disfrutar de los pequeños placeres de la vida, que para cada de una de las personas del mundo serán diferentes.

Para Clara eran: tomar un vaso de Coca-Cola bien frío después de hacer el amor, que el olor de un libro nuevo penetrara en su olfato, acariciar un peluche, rozar su cara por la barba de Óscar, oír el mar desde una caracola, comer chocolate y algodones de azúcar, llorar ante un espejo, hacer pompas de jabón...

Pero, con bastante diferencia, los mejores de todos eran los besos de Óscar: esos besos pequeñitos, tan dulces...que llevan un "te quiero" impreso. Ésos besos mágicos eran los que hacían de Clara la jovencita más feliz del mundo.

3 comentarios:

  1. q bonitoooooooooo wapaaaa !!!!. Tu seras esa Clara y yo el Oscar no :D:D jeje ??? jjaja Tk ;)

    ResponderEliminar
  2. muy bonito =)
    creo que yo también conozco esos besos pequeñitos =D

    ResponderEliminar
  3. ¡Me encantan los besos pequeñitos con "te quieros" incluidos!
    (y el olor de los libros nuevos, también)

    ResponderEliminar