martes, 19 de abril de 2011

Sólo los muertos conocen las respuestas (Parte 2)

Hacía exactamente dos semanas que ocurrió lo que no debería de haber ocurrido nunca, lo que le hubiera gustado que no ocurriera.

Aquel día empezó con lo que ella llamaba “una tontería” y acabó siendo una adicción, una adicción que la estaba consumiendo y que había acabado con su casa, la había alejado de su familia y de sus amigos, y la había dejado en la calle.

Ella se temía que tantos días de alcohol, drogas y tabaco no iban a acabar bien. Estaba en la calle y sola, por culpa de esa mierda.

Sentía, que el chico del bar era la única persona que tenía, aunque quizás él ni siquiera sabía que todavía existía. Él fue la última cara conocida que vio antes de desmayarse. Ella no sabía que él intentó ayudarla, pero asustado y sin saber qué hacer, la dejó tirada en el suelo de aquella discoteca, en la que circulaba la droga y se consumían litros y litros de alcohol sin complejos.

Cuando despertó en el hospital, su familia no quería hacerse cargo de ella, y directamente, la echaron a la calle. Y así, con lo puesto, deambulaba por las calles a partir de ese día.

Intentó regresar a su casa, a pesar de saber que su familia se había desentendido, pero siempre se encontraba las puertas cerradas para ella.

1 comentario:

  1. Qué triste tiene que ser ver que tu vida acaba de esa manera.

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