
Día tras día, Carlos se despertaba a altas horas de la madrugada sobresaltado y empapado en sudor. Ya había perdido la cuenta de cuántas noches llevaba sin dormir bien, y todo era causa de una inquietante pesadilla de la que no se olvidaba ni un momento.
Caminaba por una larga acera, con árboles a ambos lados. No se cruzaba a nadie por el camino, la calle estaba muy solitaria. De momento, comenzaba a oír susurros que parecían provenir de la nada. Se giraba, pero no había nadie a sus espaldas.
"Será el viento", pensó Carlos. Proseguía su camino, pero los susurros, que esta vez parecían decir su nombre, se hacían más fuertes. Hasta que el frío de una voz masculina, clara y amenazante le penetraba en su canal auditivo diciendo: "Carlos".
Se daba la vuelta para mirar al miedo a los ojos, y entonces, se despertaba de nuevo, con la incertidumbre de saber si para la próxima conocería, por fin, el cuerpo que acompañaba esa voz.
Caminaba por una larga acera, con árboles a ambos lados. No se cruzaba a nadie por el camino, la calle estaba muy solitaria. De momento, comenzaba a oír susurros que parecían provenir de la nada. Se giraba, pero no había nadie a sus espaldas.
"Será el viento", pensó Carlos. Proseguía su camino, pero los susurros, que esta vez parecían decir su nombre, se hacían más fuertes. Hasta que el frío de una voz masculina, clara y amenazante le penetraba en su canal auditivo diciendo: "Carlos".
Se daba la vuelta para mirar al miedo a los ojos, y entonces, se despertaba de nuevo, con la incertidumbre de saber si para la próxima conocería, por fin, el cuerpo que acompañaba esa voz.
¡ queremos sangreeee! jajajaja
ResponderEliminarOleeeee, q bien q escribe mi niña ome !!!. Cuando publique un libro voy a ser el 1º en comprarmelo y en leermelo !! jejejeje. Un beso wapaaaa. Tk ;);)
ResponderEliminar¡Qué miedito! (me has dejado con la intriga de saber quién sería el que dice su nombre)
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