lunes, 12 de septiembre de 2011

Muñeca de porcelana


Sus pasos, enfundados en zapatos de tacón, resonaban contra la acera. El contoneo de sus caderas hacía que el vuelo de su falda cobrara vida, atrayendo las miradas de jóvenes y de no tan jóvenes. Sus rizos negros, tan brillantes, rebotaban con su espalda pálida y escotada. Su carita de muñeca de porcelana, tan perfectamente maquillada, seguro que hacía que más de uno no pudiera pegar ojo por la noche.
Así era Jane, tan aparentemente perfecta, pero en su corazón, en su vida, nada era ni lo más remotamente perfecto.

3 comentarios:

  1. Hay personas que, ante todo, quieren que se les vea perfectos. Personalmente yo creo que si tu vida no es tan perfecta como tú quieres que sea, es más importante olvidarse de lo de fuera y centrarse en arreglar todo lo demás.

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  2. Hay personas que saben esconder muy bien lo malo.

    (yo quiero esos zapatos)

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  3. Suele pasar eso con las personas perfectas.

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