
Recordaba sus primeras clases de la facultad como si fuera ayer. El primer día nunca lo olvidaría: aterrada, sin conocer a nadie, sin saber cómo serían las clases, los profesores... El resultado fue agobiante para todos: el nuevo profesor informó de los numerosos trabajos que habría que elaborar, decidió empezar con el temario un día que era de presentación... Tal fue de funesto, que una nueva amiga le dijo que se quería cambiar de carrera.
Pero hoy, esa nueva amiga, ella, y todos sus compañeros de clase se enfrentaban de nuevo a esas primeras clases, pero esta vez, de tercer año. Sin darse cuenta, el tiempo había volado, quedando ese horrible día muy atrás, y ahora el final de la carrera se le antojaba como algo muy cerca, como una meta que podía tocar casi con la punta de los dedos.
Ya le queda poco, solo tiene que aguantar un poco más...:D
ResponderEliminarPobrecilla, menos mal que al final tu amiga decidió quedarse, sino no te habría conocido a ti ni a vuestra otra amiga ^^
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