
No me gustan las personas que visten sus miradas con gafas de sol. Son como miradas disfrazadas, que siempre intentan ocultar algo.
Dicen que los ojos son el espejo del alma, así que si alguien quiere taparlos con cristales traslúcidos, es que no querrá que nadie pueda ver un pedazito de la suya; o que simplemente le moleste el sol.
Yo por eso casi nunca las llevo, prefiero mostrar al mundo mi alma, ya esté extasiada de alegría o rota por el dolor.
A mí me gusta llevar gafas, sobre todo cuando tengo poco sueño en el cuerpo x) Aunque sí, tienes razón que, aunque dan mucho estilo, a veces es incómodo hablar con alguien que las lleva puestas, es como un velo entre ambos.
ResponderEliminarBesos :)