La noche iba cayendo lentamente, haciendo que las farolas fueran iluminando poco a poco la ciudad.
Jack se preparaba para trabajar, esa noche le tocaba una despedida de soltera. Odiaba esas celebraciones, eran estúpidas: la última noche de soltera para hacer lo que no podrás cuando estés casada, que consiste en irse a un boys, bahh, menuda tontería.
Y además, siempre lo mismo: tías con penes en la cabeza y la novia además de eso, con una banda, para que se vea bien que ella es la novia, que es la protagonista.
Él lo tenía muy claro. Si alguna vez se casaba (que lo dudaba), le gustaría pasar la última noche de soltero con la que fuera su futura mujer, para ponerse caliente con ella, no con una rubia peliteñida con unas tetas más grandes que su cabeza.
Le haría el amor cuantas veces se lo permitiera su miembro, unas veces salvajemente, otras con la mayor ternura y delicadeza que se puede tener, susurrándole lo feliz que era por casarse con una mujer tan maravillosa como ella.
Todo esto lo pensaba mientras dudaba entre el disfraz de bombero o el de policía.
A mí tampoco me gustan esas despedidas, son vergonzosas xD
ResponderEliminar(me imagino a Jack todo concentrado con el disfraz. Seguro que nadie pensaría que él tiene una idea tan diferente sobre las despedidas de solteros)