jueves, 6 de octubre de 2011

Polvo de hadas


Ojalá la vida fuese tan fácil cómo espolvorear una pizquita de polvo de hadas sobre la cabeza para que se te cumplan todos tus deseos. Pero cómo aún no me he hecho con un tarrito de ésos, sigo esperando a que algún día aparezca mi hada madrina, me coloque un precioso vestido digno de una princesa con sus zapatitos de cristal (pero bien sujetos, para que no se me pierdan), que me consiga una invitación para asistir a un gran baile, y que allí conozca a mi príncipe azul, para bailar con él hasta...¿las 12.00? ¡Por supuesto que no! ¡Qué los tiempos han cambiado!, hasta el amanecer.

1 comentario:

  1. yo decidí tomar la iniciativa y dejar de lado los cuentos de hadas, por aquello de que hoy en día los príncipes azules destiñen con demasiada facilidad :)

    ResponderEliminar