jueves, 21 de julio de 2011

Playa imaginaria



Pasaba el verano en un pueblecito del norte, en uno de esos en los que la lluvia no hace ninguna excepción a esta bonita estación del año.

Por culpa de la tormenta que estaba haciendo sus estragos esos días; pasaba las mañanas durmiendo, y las tardes leyendo, siempre con el golpeteo de la lluvia en los cristales como banda sonora.

En el libro que estaba leyendo en ese momento, se describía una bonita playa. Cerró los ojos, y no le fue muy difícil imaginársela: ella estaba tumbada en la arena con un bonito bikini, mientras sentía como su piel absorbía los rayitos de sol; de frente, el anchuroso mar, con ligeras olas que rompían en la orilla, que incluso podía escucharlas.

Pero el fuerte vendaval le despartó de su ensoñación, y sintió como se desvanecía hasta el último granito de arena. Por suerte, podría visitar esa playa siempre que quisiera.

3 comentarios:

  1. La imaginación, lo mejor del mundo, sí señor.

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  2. Si no puede existir, si no puedes ir, invéntalo.

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  3. Si no pudiéramos viajar así nos daría algo!(Yo vivo en un sitio con el clima que describes)

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