miércoles, 2 de noviembre de 2011

La luna y su sonrisa


Observando la luna, recordaba la primera vez que la vió, cuando le preguntó a su padre: Papi, ¿qué es esa bola tan grande y blanca que está en el cielo?
Su padre se agachó y se puso a su altura diciéndole: Es la luna, princesa, la mejor amiga del sol. Cuando el sol está cansado de dar tanto calor y luz, ella, como buena amiga, le sustituye, haciendo que se haga de noche, para que al día siguiente el sol vuelva a estar como nuevo.

Ahora no estaba llena: era una fina y burlona sonrisa que alegraba la noche estrellada, una sonrisa como la de su padre, una de esas que ella echaba tanto de menos.

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