sábado, 26 de marzo de 2011

A través de la ventana



Como todas las tardes, se sentaba al lado de la ventana, para ver la vida pasar. El sol se iba haciendo hueco un poquito más cada día, y los árboles, verdes de nuevo y con algunas flores, vislumbraban la incipiente llegada de la primavera.

A través del cristal, veía a todo tipo de personas: niños con sus mochilas que se dirigían para las actividades extraescolares, padres cargados con bolsas de la compra, muchachos que iban a jugar al fútbol y muchachas que iban al gimnasio...

Pero de todas las que veía, las que siempre le llamaban la atención, eran las típicas parejas jóvenes que se sentaban en el parque de enfrente. Veía tanto amor y tanta pasión cada día...Observándolos, era imposible no acordarse de su marido, fallecido hacía ya dos años. Recordaba cuando los besos se daban con las miradas y cuando aprovechaban cualquier rincón oscuro, alejado de las habladurías, para amarse en secreto.

Pero ahora ya no estaba en su compañía, y lo echaba tanto de menos... que se sentaba en la ventana para ver como, poco a poco, la vida se le iba escapando entre los dedos, para reencontrarse con su único amor.

2 comentarios:

  1. Mejor que quedarse allí sentada, que salga a visitar todos esos lugares donde los dos fueron felices. Seguro que así le sale una sonrisa en la cara.

    (me encantan los relatos tristes de amor como este)

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  2. Es una buena idea, pero es que es una anciana a la que ya no le quedan muchos años de vida. No creo yo que esté para muchos trotes, pero a lo mejor le gustaría dejar la vida en ello.

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